jueves, 23 de mayo de 2013

Los Líderes y la Confianza



La casa del Mullah Nasrudin estaba ardiendo, de manera que él subió corriendo al tejado para ponerse a salvo. Y allí estaba, en tan difícil situación, cuando sus amigos se reunieron en la calle extendiendo con sus manos una manta y gritándole:
 - «¡Salta, mullah, salta!»
 - «¡Ni hablar! ¡No pienso hacerlo!», dijo el mullah. «Os conozco de sobra, y sé que, si salto, retiraréis la manta y me dejaréis en ridículo!»
 - «¡No seas estúpido, mullah! ¡Esto no es ninguna broma! ¡Va en serio: salta!»

 - «¡No!», replicó Nasrudin. «¡No confío en ninguno de vosotros! ¡Dejad la manta en el suelo y saltaré!»

Está breve historia, nos habla de la confianza en los demás y la pregunta que nos hacemos es: por qué muchas veces los miembros de una organización no confían en sus líderes?
Podríamos comenzar a exponer definiciones sobre liderazgo y citar a los grandes gurúes del management; pero las respuestas más certeras no las encontraremos en elucidaciones teóricas, sino en la práctica misma de la conducción de personas.
Por qué las personas siguen a un líder? El trabajo de muchos años en organizaciones, nos muestra que hay un requisito indelegable para lograr que las personas sigan a otra y no duden en hacerlo, y este requisito es  LA CONFIANZA
Los empleados, necesitan delegar en alguien la responsabilidad por el cumplimiento de los objetivos de la unidad a la que pertenecen. No es posible que cada persona rinda cuentas ante las autoridades, sobre el trabajo realizado, el cumplimiento de estándares, procesos, tareas, etc.
Entonces el primer lugar al que es llamado un líder, es al de ser el intermediario CONFIABLE de la relación entre los colaboradores y la empresa.
Cuando confía en su líder, la gente está orgullosa de decir que forma parte de la organización, muestra un fuerte espíritu de equipo, considera que sus valores personales se corresponden con los de la Organización, se siente ligada y comprometida con el líder y su empresa.
Por el contrario, la falta de confianza genera que las personas produzcan solo si son vigiladas de cerca, no hablen bien de la organización, consideren la posibilidad de buscar otro empleo y sientan que no son apoyados ni apreciados.
El líder entonces como portador de la CONFIANZA de su gente, deberá tener capacidad: para navegar en la INCERTIDUMBRE y la COMPLEJIDAD, conectarse estrechamente con sus colaboradores, vincular el conocimiento con la generación de sentido (no alcanza con “saber”, debe contagiarlo).
Y además… debe liderar con entusiasmo y  compromiso personal y profesional, porque el líder confiable, rinde cuentas por su propia efectividad y eficiencia, los resultados de los empleados y el trabajo en equipo.
Hay algo que se mantiene a través de las diferentes generaciones que ingresaron al mercado laboral (bummers, generación X ó Y) y es que las personas confían en el líder que:
-          planifica y los involucra activamente en su implementación,
-          Informa claramente a cada uno el valor que tienen los resultados propios y del equipo
-          aplica una metodología transparente para establecer objetivos, evaluar, retroalimentar y rendir cuentas que permita a los empleados saber que están haciendo y cómo,
-          recompensa y reconoce el desempeño sobresaliente y festeja los logros “heroicos”.
-          rinde cuentas frente a su equipo y los directivos de su trabajo.

Ahora si ud. es un líder lo invitamos a pensar: sus colaboradores, le pedirían que sostenga la manta o que la deje en el suelo, antes de tirarse del tejado?


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